lunes, 18 de junio de 2012
viernes, 8 de junio de 2012
DÍA TRAS DÍA...
A los hijos e hijas perdidos
Paseando entre los recuerdos de lo vivido,
naufrago en ese mar intenso de sentimientos dolorosos que me vi en el deber de
ocultar para seguir viviendo.
Pasaron años, pero la herida seguía sangrando
y me preguntaba, ¿hasta cuando Señor? En que momento me veré libre de esta
pesadilla en la que giran mis días.
Mi querida pequeña, ha pasado tanto tiempo de
aquello que nos separó
que a veces es como un sueño que no termina,
que no tiene final.
Me faltó valor para enfrentarme a ti, para
estrecharte en mis brazos y para amarte el resto de mi vida.
Hoy de nuevo intento conectar contigo a
través de unas letras, que no se bien si verán la luz, o llegarás a leerlas,
ahí donde tu estás.
Quiero pedirte perdón por no haber sido capaz
de aceptar la realidad, por sentirme cobarde y no asumir mis obligaciones en su
debido momento. No pienses que me resultó fácil dar el paso, fue demasiado
doloroso y me quedó una cicatriz abierta que no cesa de sangrar.
Aquél día algo se rompió en mi interior, es
como cuando se rompe un espejo y se hacen mil pedazos, así quedó mi ser, roto y
reflejado en un montón de trozos que no he podido reconstruir. Quise poner
freno y marcha atrás, pero era demasiado tarde, ya habían iniciado el proceso y
el tic tac del reloj seguía su alocada marcha sin dejar tregua.
Desde entonces vivo con la duda y me asalta
la pregunta de cómo serías.
Quiero confortarme y me digo que era
demasiado joven, e inexperta, que la inseguridad me habían hecho tambalearme en
un mundo que se movía con rapidez, y de no haber tomado pronto la decisión me
habría quedado atrapada en aquella tela de araña que tenía por hogar, reflejada
en aquél amarillento y viejo espejo que colgaba en la entrada de la habitación,
donde cada día me observaba de perfil para ver si alguien notaría tu presencia.
También es verdad que pude escapar a todo
aquello sin haberte hecho daño a ti, aceptando lo que yo misma me había buscado.
Las lágrimas afloran con fluidez encharcando
mis ojos y vuelvo a revivir una y otra vez mi crimen secreto, mi inmaduré y mis
miedos.
Desde entonces he buscado paz para mi
conciencia, para mi alma. Pero solo he conseguido sobrevivir rodeada de
silencios, de intensos y dolorosos silencios. Sólo espero ser perdonada, tener
la oportunidad de subsanar mi pasado para sentirme mejor persona, y a ti mi
querido ser, donde quieras que estés, pedirte como madre que me perdones por
haber truncado tu vida antes de nacer.
Tu madre.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)