Me
dirijo a ti princesa de cuentos.
Enmascarada
de nubes no visibles y engatusadora de corazones débiles.
Vives
de otras vidas a las cuales mantienes bajo los hechizos de tu perturbadora
mente.
Y a
veces logras las metas que te impones. Manteniendo la fachada incorrupta, pero
tu interior perece.
Sueños
de marquesita sin titulo,
De
desvaríos de grandezas añejas.
¡Despierta!
Y enfréntate a la realidad que te rodea.
No
huyas de tus responsabilidades, del vivir diario de un ser humano
Como
cualquier otro.
Atrás
quedaron los privilegios que te otorgaste, sin merecimiento ninguno, sin
gloria.
Me
dirijo a ti, reina sin corona que sigues usando tu mandato sin trono.
Pretenciosa y embaucadora de almas inocentes y débiles.
Nota de
escritos de cartas sin terminar.
Pepi
Navas
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